GUILTY PLEASURE I

"Anoche inventé un nuevo placer, y cuando lo iba a disfrutar por vez primera, llegaron violentamente a mi casa un ángel y un demonio. Entraron en mi puerta y disputaron acerca de mi nuevo placer. Uno gritaba: ¡es un pecado!; y el otro decía: ¡es una virtud!".
Khalil Gibran




Bella POV

Todo me daba vueltas mientras un incesante martilleo tomaba lugar en mi cabeza haciéndome imposible pensar con claridad. Si no fuera porque sentía que la cabeza me iba a estallar en cualquier momento, me hubiese detenido a disfrutar de la comodidad de mi cama,… ¿ese increíble olor de almizcle con canela?… ¿la cómoda almohada en la cual estaba acurrucada, que subía y bajaba cadenciosamente?… ¿y aquellas manos que me daban pequeñas caricias en la espalda y el cabello?

"A ver… piensa Bella…
Tú no hueles a almizcle con canela…
Las almohadas no tienen movimiento propio…
Y para colmo, tampoco tienes cuatro brazos cómo para que expliques la existencia de esos otros dos que se están moviendo por tu cuerpo…
 ¿A menos?… ¿A menos que hayas hecho metamorfosis como Gregorio Samsa?… ¡Eso explicaría los brazos!… ¡No!… ¡En todo caso deberían de ser patas!…

Me estremecí al imaginarme convertida en un insecto súper gigante, tumbada en mi cama con varias patas dando vueltas por doquier sobre mi cuerpo… tenía miedo de abrir los ojos… ¡Dios!

"Estas siendo absurda Bella, aunque parece ser que aún tienes los efectos del alcohol encima" dijo una voz en mi cabeza.

"¿Tu quién eres? ¡Y de qué alcohol hablas si yo no bebo!" Pensé, mientras trataba de calmar infructuosamente los dolores de cabeza que cada vez se hacían más fuertes.

"Soy tu conciencia, para servirte" dijo esa voz aterciopelada tan conocida…

"¿Por qué suenas como Edward?"

"Muy buena pregunta, pero no puedo respondértela ahora. Será mejor que dejes de pensar tonterías y te levantes Bella"

"Definitivamente estoy volviéndome esquizofrénica, si estoy comenzando a oír voces en mi cabeza que todavía se sienten con derecho a ordenarme… ¡Maldición! Y esos brazos que no dejan de moverse por mi… cuer…cuerpo… oh… ¡Oh no!… ¡demonios!"

"Ya era hora que te dieras cuenta"

"¡Tú cállate!"

Pensé histérica, mientras miles de imágenes de la noche que había pasado junto a Edward invadieron mi mente, como si fueran proyectadas por un retroproyector de mala calidad.

"¡Genial! ¡Genial! ¡Genial!"

Comencé a repetir mentalmente mientras la cabeza me comenzaba a doler con más insistencia… "¿Ahora qué hago? Puedo hacerme la dormida y esperar a que él se levante por algo, luego corro al baño y me escondo". Pensé comenzando a perder los estribos…. "¿Y si no se levanta?"… tenía demasiadas posibilidades y ninguna parecía lo suficientemente sensata, ya que el parecía realmente muy cómodo, sin muestras de quererse mover…

"Ni que tú no estuvieras cómoda" contraatacó mi conciencia con la voz de Edward. "No es Edward… es sólo tu imaginación que se ha visto incrementada por el remordimiento". Trate de convencerme una vez más, mientras imaginaba a una mini Bella soltando un yunque sobre mi mini Edward, mí queridísima inoportuna conciencia.

Pude sentir cómo Edward se movió en ese momento, acurrucándome más hacia él, mientras me comenzaba a dar pequeñas caricias desde la espalda a mis hombros, produciendo pequeñas descargas eléctricas a su paso… "¡Diablos! ¡Este hombre me quiere matar!"... pensé mientras luchaba internamente por no soltar un gemido, por todas las sensaciones que estaba produciendo en mí.

Lo que menos deseaba ahora era un enfrentamiento, pero en parte sabía que era inevitable… "¡Qué diablos había hecho! ¡Maldición, me había acostado con mi mejor amigo! Y lo peor de todo es que lo había disfrutado"… Claro, no solo eso, la que había iniciado todo era yo, yo lo había besado, yo le había rogado para que continuara. Y ni siquiera me detuve a pensar en mi novio o en la novia de él, aunque ella no me importaba mucho, pero… ¿y las consecuencias que traería todo esto?… me sentía frustrada, exasperada, confundida. Ahora qué diablos pensaría Edward de mí…

"Te Amo"… se repitió esa frase en mi mente. Acaso había sido mi imaginación cuando en medio del torbellino de sensaciones que me embargó, creí escuchar esas palabras de sus labios. El no podía amarme… es decir… no sé… eso no es posible… no es lógico… "El amor es irracional, cuanto más amas a alguien menos lógica tiene todo" volvió a contraatacar mi conciencia. Pero yo no estaba enamorada de Edward o eso creo, y él no podía estarlo de mí. El tenía una novia, a la cual estaba segura que amaba, y yo tenía a Jake, a quien quería mucho… "¡Jake!, ¡Dios mío! ¿Qué he hecho?"...

Unas ganas incontrolables de llorar comenzaron a inundarme. Me sentía la peor calaña del mundo, había engatusado a mi mejor amigo y traicionado a mi novio. Cómo podría volverlos a ver a la cara. "Edward"… pensé… Dios sabía que no podría concebir una vida sin él. El era mi familia, mi mejor amigo, mi refugio, mi todo… "¿Y así dices que no estas enamorada?"volvió a aparecer esa inoportuna voz. "¡Cállate! Tu no entiendes…son cosas muy diferentes… yo no puedo enamorarme de él… yo, sólo… yo… ¡maldita sea!"…pensé mientras mi mente me volvía a repetir una y otra vez el "Te amo" que Edward había dicho y ahora sonaba cada vez más claro "Esto es demasiado… nunca…nunca debió pasar"

"Disfrutar de todos los placeres es insensato; evitarlos, insensible" dijo mi mini Edward, saliendo debajo del yunque.

"¿Y ahora qué diablos hace nombrándome a Plutarco?"... Pensé… "Lo único que me faltaba, que mi mini Edward sea tan perfecto como el Ed de carne y hueso"…bueno, aunque pensándolo bien, no fue sólo placer… ¿no fue sólo eso verdad?... Maldición, por eso prefiero los placeres sencillos… una cena, una cita con un desconocido y nunca más lo vuelvo a ver…

"Los placeres sencillos, son el último refugio de los hombres complicados Bella"… dijo Mini Ed, esquivando una bala de mi mini Bella que en ese momento había comenzado a darle caza.

"¡Oh, ya cállate!" Pensé. Guardando las esperanzas de que mi mini yo pudiera alcanzarlo.

Buen, en algo tenía que darle razón… Edward y yo definitivamente no entrabamos en la categoría de lo sencillo, lo nuestro iba mucho más haya. Era demasiado engorroso y complicado. Ambos teníamos pareja, ambos teníamos un pasado juntos, ambos habíamos compartido demasiado, y cambiar todo eso de la noche a la mañana me daba pavor… llámenme cobarde pero yo no estaba preparada para enfrentar esos cambios…

Supuse que Edward comenzó a sentir mi respiración cada vez más agitada y como mi cuerpo se tensaba por lo que se avecinaba, porque comenzó a acariciar mi rostro y dar suaves caricias a mi espalda, en busca de relajarme. Poco a poco fui abriendo los ojos, esperando encontrarme con una mirada llena de decepción y amargura… pero no, sólo había un par esmeraldas que me miraban con admiración y… ¿amor?

"No, no, no… esto no me puede estar pasando
¡Esto no esta bien!"…

- Bella – pronunció mi nombre como si fuera una caricia.

Y mi mundo se me vino abajo. No podía hacerle esto a él, no podía hacerlo. Esto había sido un terrible error…

"Estúpida Bella"

Tanya POV

- ¿Buscas esto? – dijo sosteniendo mis bragas con una mano, mientras con la otra me hacía señas para que me volviese a tumbar junto a él en la cama.

- Será mejor que te vistas – dije colocándole el brasier mientras lo observaba parada desde la puerta del baño - ¿O acaso hoy no piensas trabajar? – pregunté a modo de advertencia al verlo levantarse de la cama, dándome una buena lección de anatomía mientras se acercaba a mi de manera seductora.

- Pues no cariño… - dijo colocándose frete a mi, iniciando un recorrido de besos, de ida y vuelta, por mi oreja, mejilla, cuello y clavícula para luego detenerse en mi oído y susurrar – son ventajas de tener dinero – dijo mordiendo mi lóbulo de la oreja.

- Si – dije apartándolo un poco para ver su expresión – pero no lo suficiente – dije tomando mis bragas de su mano.

- Tanya – advirtió tomándome de los brazos con más fuerza de la necesaria – yo te puedo dar todo lo que tu quieras… es sólo cuestión de tiempo para…

- ¿Para qué? ¿Para que ese intento de empresa que has iniciado prospere? – pregunte de manera fría apartando sus brazos – ya te lo dije, yo ya tengo otros planes y esto es solo un pasatiempo – dije viendo cómo su cara se contorsionaba por mis palabras – sin compromisos, ¿recuerdas?

- ¡Yo no soy un juguetito más! ¡¿Lo entiendes? – gritó acorralándome contra la pared del baño, mientras que con un puño golpeaba la loseta continua de indignación.

- ¿Pues no crees que es algo tarde para que te vengas a quejar? – dije riéndome de su frustración – llevamos años así cariño – dije tocando su pecho desnudo y riendo más al ver cómo su cuerpo reaccionaba a mi tacto, como si respondiera al llamado de su dueña.

- Basta Tanya – dijo apartándose de mi.

- No Demetri… ¡basta de tus tonterías!. Por fin estoy consiguiendo lo que siempre soñé y no voy a permitir que tú ni nadie se interpongan en eso – dije furiosa acercándome a él, tras haber visto su rechazo – así que lo tomas o lo dejas, es así de simple – "¡claro! Yo no estaba dispuesta a dejarlo ir, aunque eso nunca se lo diría. Durante estos años me había vuelto adicta a él, pero mayor era mi sed por el dinero y con Edward Cullen prácticamente me había sacado la lotería. Así que no daría mi brazo a torcer, por lo menos hasta que consiguiera lo que necesitaba"

Su cara paso del dolor a la frustración en un abrir y cerrar de ojos. Y en un acto de desesperación, me beso con furia contenida, queriéndome marcar hasta lo más profundo de mi ser, algo a lo cual no me pude resistir, nunca había tenido las fuerzas para hacerlo. Mientras mis manos viajaban por sus músculos tensos, el destrozó mis bragas lanzándolas lejos.

- Tanya – dijo gimiendo mi nombre para luego tomar uno de mis senos entre sus labios mientras yo enredaba mis piernas entorno a su cintura. Logrando que nuestros sexos chocaran. Él, haciendo acopio de toda su fuerza me levantó por completo y camino hasta tenerme recostada contra la pared más cercana, sin dejar de atender a cada uno de mis senos con sus prodigiosas manos- mírame – dijo mientras entraba lentamente en mí – mírame – volvió a insistir permaneciendo quieto dentro de mí. Y yo obedecí, perdiéndome en esos ojos verdes tan hermosos y a la vez tan diferentes a los de Edward – yo no soy tu marioneta – dijo saliendo completamente de mi, estaba por quejarme para cuando lo sentí dame un estocada rápida y profunda - conmigo no vas a jugar – dijo volviendo a embestirme con más fuerza – porque yo te amo – dijo acelerando más sus movimientos. Una enorme sonrisa se extendió por mi rostro, mientras sentía que estaba por llegar a mi orgasmo.

- El amor es para débiles – otra estoca, "uno no puede vivir de amor" pensé . Sabía que había llegado el momento de acabar con todo esto, o por lo menos posponerlo durante un tiempo. Confiaba en que Demetri sabría esperar, después de todo lo había venido haciendo durante años, pero lo que más necesitaba ahora era alejarlo durante un tiempo. Hace algunas semanas, algunas cosas habían cambiado y era tiempo de que comenzara a jugar mis cartas si quería tener a Edward Cullen comiendo de mis manos y con esos pensamientos llegué al orgasmo, seguida del que alguna vez fue mi amante, y ahora sólo sería un recuerdo… el más perfecto de todos.

Bella POV

- Bella – musitó mientras tomaba mi cara entre sus manos – Bella – volvió a insistir, pero yo sólo comencé a llorar, perdida en mis pensamientos - ¡Bella mírame! – dijo con preocupación, tratando de traerme a la realidad – Bella yo te …

- ¡NO! – grité por miedo a sus palabras - ¡No digas nada! – dije al borde la histeria mientras lo empujaba para librarme de sus brazos y me cubría con las sábanas mientras paseaba por mi habitación desesperada – yo… tú… ¡Ed! – dije mirándolo con tristeza por lo que estaba a punto de decirle – esto nunca debió pasar… ¡Nunca! – grite mientras veía como su rostro se contorsionaba por el dolor, y mi corazón se partía en mil pedazos al ser la causante de su sufrimiento, pero no podía permitir que esto llegara a más… "¿A quién quieres engañar?" me dijo mi mini Ed.

- Bella por favor… - dijo Ed comenzando a levantarse, al parecer él ya había tenido tiempo de cambiarse porque ahora estaba con sus calzoncillos puestos. Yo me quedé paralizada frente a la perfecta vista que me brindaba, pero comencé a retroceder para cuando lo vi acercarse a mí…

- Quédate en donde estás… - le dije, pero el no hizo caso viéndome obligada a esconderme en el baño.

- ¡Bella! – gritó desesperado desde el otro lado - ¡Bella abre la puerta por favor! – comenzó a suplicar – yo no me arrepiento de esto Bella… porque yo te…

- ¡Cállate! Ya no digas más – grité saliendo del cuarto con la vista nublada por las lágrimas. Sabía que en el momento en que pronunciara esas palabras me vería desprovista de cualquier argumento – Tan sólo vete por favor… - le dije mientras el teléfono de mi cuarto comenzó a sonar.

Nos quedamos mirándonos en silencio perdidos en los ojos del otro. Sus ojos reflejaban tristeza, dolor, decepción… y los míos eran un mar de confusión. El teléfono seguía sonando, pero ese momento me preguntaba quién era más ruidoso, el llanto de mi corazón o ese fastidioso sonido que sólo aumentaba mi dolor de cabeza.

El teléfono dejo de sonar en el preciso momento en que mi corazón dejó de latir para cuando la contestadora se activo y esa voz tan conocida retumbo por todo el cuarto.

"HOLA AMOR, SOLO LLAMABA PARA SABER SI YA ESTABAS EN CASA… - silencio – TU CELULAR ESTA APAGADO -silencio- ¿QUÉ ESTAS HACIENDO SEÑORITA?... –dijo tratando de parecer molesto- BUENO AL PARECER EL DUENDE DE TU AMIGA TODAVIA TE TIENE SECUESTRADA –dijo comenzando a reír de su propio chiste, para luego quedarse callado- …TE EXTRAÑO MI BELLA… NOS VEMOS LUEGO PRINCESA".

- Vete… - logré musitar - ¡vete por favor! – ahora era yo la que le estaba rogando. A duras penas lo pase de largo, el aún seguía estático mirando al lugar en dónde había estado parada momentos antes. Abrí la puerta de mi habitación, y apoyé mi espalda en la puerta. El se comenzó a mover de forma mecánica mientras recogía sus prendas que estaban regadas por todo el cuarto. Se vistió en completo silencio, y aún sin mirarme se encamino a la puerta, en donde yo estaba parada sosteniéndome.

- Bella… - dijo alzando una mano para acariciar mi mejilla. Yo sólo aparte mi cara, no podía mirarlo, sabía que lo estaba haciendo sufrir, pero no podía dejar que las cosas continuaran a más…

- Vete por favor… - dije antes sentir como bajaba su mano despacio, para empezar a alejarse de mi poco a poco. Y con cada paso que daba, una parte de mi se iba con él… hasta que ya no sentí, hasta que ya no pude ver, hasta que ya no me pude sostener para cuando lo escuché cerrar la puerta de mi apartamento y a lo lejos escuche cómo el motor de su carro se perdía en la lejanía. Llevándose consigo todo lo que una vez significó mi vida, todo lo que alguna vez significó nuestra amistad… - Edward – musité antes de desplomarme en el suelo, y soltar todo ese amargo llanto que había estado conteniendo momentos antes.

"¿A quién quieres engañar Bella?
Creer que el amor entre ustedes es imposible
Es creer que una chispa no puede incendiar un bosque
Es creer en la más grande estupidez de toda la humanidad
Que consistió en considerar al amor como una idea…
El amor es un instinto, darle sentido es afligirlo".

Edward POV

Quise explicarle. Quise hacerle saber lo mucho que la amaba, y lo estúpido que había sido al no haberme dado cuenta de esto, hasta esta altura de mi vida. Pero no pude, ella no me dio la oportunidad… "No Edward, esa no es escusa"… me dijo la voz de mi conciencia, que particularmente se parecía mucho a la voz de Bella… "pudiste haberme maniatado, y forzarme a que te escuchara" sonreí al reconocer su voz claramente impregnada hasta en mis pensamientos "pero maniatarla no es una buena opción" pensé…no, eso sería demasiado simple. Bueno, algo… pero yo no deseaba que las cosas entre ambos se dieran de esa manera. Yo deseaba que ella me amara tanto como yo la amaba a ella. Deseaba poseer no solo su cuerpo, sino también su alma y todo su ser. Quería amanecer todos los días con ella en mis brazos, formar la familia con la que alguna vez soñé y envejecer a su lado.

¿Qué irónica es la vida verdad?... De pequeños nosotros jugábamos a la mamá y al papá, Emmet era nuestro pequeño engendro y aún ahí, a esa edad, estaba más consiente de lo mucho que Bella significaba para mí… ¿Qué paso para que de la noche a la mañana, me volviera ciego y olvidara todo esto?... siempre anduve buscando el amor en mujer tras mujer, hasta que me canse y sólo me limite a disfrutar de ellas, pensando que así no la encontrara sería feliz. Cómo fue que nunca me di cuenta, que no necesitaba buscar a nadie porque estaba completo con Bella a mi lado… ahora entendía porque nunca me dolió las rupturas con todas aquellas chicas. Unas iban, otras venían, pero Bella siempre estuvo ahí, era mi única constante… y ahora era demasiado tarde…

Odiaba a Jacob con todo mí ser, lo odiaba por haberme robado a Bella tiempo atrás, y ahora lo odiaba más, por haber vuelto a arruinar nuestras vidas. Pero sobre todo me odiaba a mí por haber permitido que eso pasara… "¿Y si él no hubiera vuelto? ¿Crees que Bella te hubiera dado una oportunidad?"... la verdad era que no lo sabía… había sentido la necesidad de Bella, la urgencia de sus besos, y todas esas prodigiosas caricias que me había brindado. Pero eso no era suficiente para saber si sentía lo mismo que yo por ella… y eso me mataba.

"Ella no te ama Cullen
¿Cómo un ser tan perfecto
Puede llegar a amar a alguien como tu?"

A duras penas abrí la puerta de mi departamento, arrastrándome hasta el mueble de mi sala para terminar derrumbándome en este, no tenía ganas de levantarme, no tenía ganas de nada.

"¿Y sólo eso piensas hacer? ¿Lamentarte de tu mala suerte?" dijo mi mini Bella, con sus manitas sobre sus caderas a manera de regaño. Sería cosa de mi imaginación, pero aún así estaba preciosa "Vamos Ed, piensas sentarte ahí y lamentarte de tus malas decisiones, del que seas un ciego, estúpido, lento, un reverendo imbe…"

"Ya va, ya entendió" dijo un mini Emmet, ataviado en un pequeño tutu rosa con mucho vuelo, panties blancas y zapatitos de bailarina.

"Y tú quien diablos eres" pensé asqueado.

"Tu otra conciencia" dijo rodando los ojos como si fuera lo más obvio, mientras hacía movimientos gráciles de bailarina para acercarse a mi mini Bella.

"Ridículo" dijo mi mini Bella gruñendo.

"Gruñona" dijo el mini Em.

"Ya por favor… no empiecen a pelearse. ¿Y tu no tienes otro tipo de ropa?" pensé.

"Hey, tú me imaginaste así" dijo bailando alrededor de Bella.

"Raros" dijo mi mini Bella, mientras me la imaginaba haciéndole una llave de lucha libre al mini Em, para mantenerlo quieto "Tú eres un cobarde y él un afeminado"

"No es tan fácil como lo propones. No puedo forzarla a que me ame, y maniatarla no es una opción" pensé a manera de advertencia, aunque me resultara atractiva esa idea.

"¿Le dijiste que la maniatara? ¿Y luego dicen que el de las ideas descabelladas soy yo?" pregunto el mini Em.

"Pues genio, ¿qué sugieres entonces?" dijo mi mini Bella perdiendo la paciencia "y ya deja de moverte, que me mareas" dijo pegándole un golpe en la nuca al ver que empezaba otra danza extraña.

"Bueno" dijo el mini Em, sobándose lo que parecía era un chichón del tamaño de una pelota de golf en la nuca, tras el golpe de mi mini Bella "Bella esta con el chucho"

"Bravo Einstein" dijo mi mini Bella, moviendo un bate de manera peligrosa. ¿De dónde lo habrá sacado?

"Pero… que este con él, no quiere decir que este prohibida, ¿verdad?" dijo el mini Em esquivando una bola de beisbol que había sido lanzada por mi mini Bella.

"Ella lo ama" pensé con desgana.

"Y piensas darte por vencido, sin haberlo intentado" dijo la mini Bella "Edward Anthony Cullen Mansen, que decepción" dijo y pude imaginármela zapateando furiosa con su piececito, mientras me apuntaba con un dedo de forma amenazadora.

"El Grinch tiene razón, hermano" dijo Em al ver que mi mini Bella comenzaba a ponerse verde de la cólera, y le lanzaba otra pelota de beisbol que lo dejo noqueado durante unos segundos, para luego surgir con otro chichón pero ahora en la frente "El Ed que nosotros conocemos, no se daría por vencido hasta haber agotado todas sus posibilidades"

"¿Es de Bella de quien estamos hablando?" pregunté frustrado, a lo cuál ambos asintieron.

"Exacto y por eso tu estas en ventaja. La conoces mejor que nadie" dijo mi mini Bella, mirando con renovaba esperanza.

"Nadie a dicho que vaya a ser fácil. Por un lado esta la bruja de tu novia, y el perro de Bella, pero por lo menos inténtalo" dijo mi mini Em con el ojo morado, antes de desaparecer.

"Vamos guapo. Tu puedes" dijo mi Bella guiñándome un ojo "Ella te ama, sólo es cuestión de tiempo para que lo entienda" dijo antes de desaparecer tras Em.

No sé cuánto tiempo estuve sentado en ese mueble. No lo sé. Ni siquiera el hambre y el cansancio lograron moverme. La luz de la luna estaba empezando ha abrirse paso por los ventanales de mi terraza para cuando salí de mi estado de ensoñación.

Había tomado una decisión, lucharía por Bella, lucharía para ganarme su amor. Y no me detendría a menos que ella me lo pidiera. Estaba dispuesto a enmendar cada uno de mis errores, costara lo que costara.

Bella POV

No sé cuanto tiempo estuve tumbada en el suelo, llorando amargamente, hasta que sentí dos fuertes brazos que me levantaron en vilo y me llevaron hasta la cama. Me tendieron sobre esta para luego comenzar a mover cosas por todo mi cuarto. Quería abrir los ojos para ver quién era, pero no tenía la fuerza suficiente para hacerlo. A lo lejos podía escuchar cómo abrían la llave de la ducha y comenzaba a llenar la bañera.

- Cuando lo encuentre lo voy a matar – escuche esa voz tan conocida.

- ¿Em? – pregunté aún con los ojos cerrados, y pude sentirlo acercarse.

- Si Bella, soy yo – dijo depositando un tierno beso en mi frente - ¡Vamos! – dijo cargándome hasta el baño. No me había percatado, pero yo aún seguía desnuda, envuelta únicamente con las sábanas de mi cama.

- Emmet yo… - dije nerviosa por lo que estaría pensando. A estas alturas, qué le podía decir… la escena que le estaba dando no ayudaba en mucho, ¿verdad?

- Silencio Bella… - dijo deteniéndose frente a la tina – no te preocupes de eso ahora – dijo comenzando a alejarse hacia la puerta – voy a prepararte algo caliente, mientras tú te das una ducha, ¿ok? – sabía que me estaba dando tiempo y se lo agradecía, ya que es estos momentos no sabía que pensar o decir.

Había estado metida en mis pensamientos, para cuando Emmet comenzó a tocar la puerta, preguntando si me había ahogado. Me apresuré a cambiarme con la ropa que supuse me había elegido él, porque era demasiado cubierta aún para mi gusto. Para cuando salí lo encontré mi cuarto totalmente ordenado, supuse que por obra suya y a él, sentado en el pequeño mueble que daba a la terraza con dos tazas de chocolate caliente.

- Toma – dijo extendiéndome una para cuando me senté a su lado y recargué mi cabeza en su hombro. El sólo se limito a abrazarme mientras que yo intentaba contener las terribles ganas que tenía por llorar. ¿Acaso nunca dejaría de hacerlo? – así que tú y Ed, ¿no? – dijo después de un largo silencio.

- Bueno… no es lo que parece… - dije no sabiendo cómo continuar, a lo cuál él sólo me miro incrédulamente.

- Bella… si él te forzó… yo te juro que… - dijo comenzando a tensar cada uno de sus músculos para luego respirar pesadamente.

- No Em. En todo caso, la que inició todo fui yo… - dije escondiendo mi cara al no querer ver su reacción – yo lo seduje – dije en un susurro, a lo cual el no respondió aunque estaba segura había oído.

- Bella, mírame – dijo levantando mi rostro – no creo que Eddie haya hecho nada en contra de su voluntad… al igual que tú…

- Es que no entiendes Em… esto nunca debió pasar – dije frustrada levantándome del mueble – nosotros somos amigos, somos casi como hermanos…

- ¿Y acaso eso te impide amarlo? – preguntó Em con la mandíbula tensa.

- ¿Y quién esta hablando de amor? – dije desesperada – Em… eso es imposible. Nosotros tenemos parejas, y aún así, mírame… míranos… ¿qué diablos hemos hecho?

- Bien dicen que en cosas del corazón, uno no puede mandar ¿verdad? – dijo esto para sí mismo, levantándose para detenerme de hacer un hueco en el suelo por tanto ir y venir.

- Ves demasiadas telenovelas Em – refunfuñé.

- Bella – dijo sosteniendo mi rostro – no hay peor ciego que aquél que no quiera ver…

- A qué te refieres – dije mientras él limpiaba una solitaria lágrima de mi rostro.

- No puedo negar que estoy amargo por como se han dando las cosas - dijo meciéndose el pelo con frustración – pero tampoco puedo negar que ya me lo esperaba venir… - yo me limité a mirarlo con cara de incógnita.

- Em… - dije a modo de advertencia, pero el sólo comenzó a reír al ver mi frustración.

- Vamos Bella… no me hagas decir estas cosas - dijo riendo aún – mejor por qué no te preguntas tu misma ¿cuándo inicia el amor y dónde termina la amistad?

- Em… - dije sin saber que responderle. ¿Acaso era posible que me estuviera enamorando de mi mejor amigo?

- Lo sé… - dijo rodando los ojos - eso lo leí en el Cosmopolitan, tienen muy buenas entrevistas para casos como este…

- ¿Tu que haces leyendo revista de mujeres? – pregunté ya más alegre.

- Bueno, nunca esta de más ¿no? – dijo levantando los hombros – sentí curiosidad por ver qué leía mi diosa… - dijo para cuándo escuchamos sonar el timbre. Yo me quedé estática en mi sitio, tenía miedo de que fuera Edward, aunque ya era muy tarde… a estas alturas debería de estar con su novia… tal ves solo era Jacob… "¡Jacob! Maldición… me había olvidado llamarlo"… - yo voy – escuche que dijo Em… para cuando lo vi perderse por el pasadizo.

Estaba nerviosa así que comencé a pasearme por mi cuarto esperando que Jacob entrara por la puerta, todo furioso para reclamarme el hecho de que lo haya engañado con Edward, pero para mi sorpresa sólo escuché el sonido de cosas al caerse mezclado con gritos que se hacían cada vez más conocidos. Estuve a punto de salir, para cuando vi entrar a Em todo presuroso y cerrar la puerta con llave. Mientras su pecho subía y bajaba arrítmicamente.

- ¡EMMET CULLEN! ¡TE ADVERTÍ QUE NO FASTIDIARAS A BELLA! – grito una Rosalie furiosa desde el otro lado de la puerta - ¡ABRE ESA MALDITA PUERTA AHORA! – mi pobre Em comenzó a reír nervioso, mientras yo aún seguía estática en mi sitio.

- ¿Bella estas bien? – preguntó Alice desde el otro lado. Yo me quedé petrificada, sin saber qué contestar. ¿Acaso todos habían decidido venir a verme? – Bella – volvió a insistir Alice. Al fondo pude escuchar cómo Rose azotaba la puerta, mientras Jazper le decía a Alice que se calmara.

- Ya va – dije nerviosa acercándome al pomo, mientras que Em se levantaba y se colocaba detrás de mi.

Al abrir la puerta, me encontré a Rose con el puño levantado, listo para volver a golpear la puerta, mientras Alice estaba siendo agarrada por Jazper quien a duras penas la podía sostener. Todos se quedaron en silencio mirándome, como si esperaran que me derrumbara en cualquier momento, hasta que Emmet se comenzó a asomar tras de mí…

- Mi diosa - dijo, y Rose volvió a tensarse.

- Emmet – dijo Rose entre dientes, para luego girarse a mi – ¿Bella estas bien? – preguntó con un tono más calmado. Mientras que yo me limitaba a asentir.

- Si… Emmet me ayudo en mucho – dije sonriendo al sentir cómo Em se relajaba tras de mí. Y los ojos de Rose dejaban de verse tan peligrosos.

Mientras los chicos se fueron a la sala a jugar Halo, llamé a Jacob desde la cocina y quedamos en vernos al día siguiente en las oficinas ya que yo tenía unas cosas pendientes. Me había sentido terrible al mentirle acerca de lo que había estado haciendo en la noche, pero no deseaba lastimarlo más de lo que ya lo estaba haciendo. Para cuando terminé de hablar con él, Rose y Alice estaban sentadas en el pequeño mesón, esperando por mí. Sabía que se habían dado cuenta de mi pequeña mentira, y ahora tenía miedo a que me juzgarán.

Alice se levantó y cerró la puerta de la cocina para que los chicos no pudieran escuchar, y se volvió a mi.

- ¿Entonces? – dijo mientras un extraño brillo resaltaba en sus ojos – entre ustedes ya…- dijo comenzando a ponerse roja.

- ¿Entre nosotros qué? – dije sabiendo a lo que se refería, pero tratando de ganar más tiempo. "¿Acaso este pequeño demonio era vidente o qué?" pensé.

- Bella – dijo acercándome a mí. Di un fuerte resoplido y comencé con la historia, desde el inicio, claro que omitiendo algunas cosas. Para cuando terminé, Rose estaba con los ojos como platos, mientras Alice brincaba en su sitio por la felicidad.

- Lo sabía Bella… siempre lo supe – dijo el pequeño demonio, mientras me abrazaba eufóricamente.
"¿Acaso hoy todos estaban locos?"

- Creo que te estas confundiendo Alice – dije frustrada.

- ¿Qué? ¿Piensas hacer como que nada paso? – dijo Rose hablando incrédula, tras un largo silencio.

- ¿Y qué más puedo hacer? – pregunté mientras me sentaba rendida en una silla vacía.

- Para empezar – dijo Rose levantándome el rostro para que la pudiera mirar – debes dejar al perro que tienes por novio.

- Rose – dije a manera de reproche – esa no es una opción – dije comenzando a perder la paciencia.

- ¿Y por qué no? – preguntó Alice, uniéndose a la conversación – Bella… las cosas suceden por algo, y entre tu y Edward… definitivamente ya cambiaron…

- Él te dijo que te ama – dijo Rose apoyándola.

- No… -dije dudando – ni siquiera estoy segura de eso.

- Pues yo sí – dijo el pequeño duende, mientras yo rodaba mis ojos – oh vamos Bella. Que tú seas testaruda y ciega, no quiere decir que el resto también lo sean.

- Bueno, pues lamento arruinarle los planes de una futura boda o idilio amoroso entre Ed y yo – dije suspirando cansada – pero eso nunca va a pasar…

 - Eso tu crees… - dijo Alice en un susurro casi inaudible.

Edward POV

Estaba nervioso, hoy la vería después de un largo y agotador día. Por lo menos ahora estaba decidido a no darme por vencido tan fácilmente.

Volvía ver mi reloj con enésima vez. Aún faltaba un cuarto de hora para la hora del almuerzo, pero los minutos se hacían interminables. Desde que había llegado a las oficinas había intentado hablar con Bella a toda costa, pero tenía demasiadas juntas pendientes para el día de hoy y ahora me encontraba al fondo de su lista de espera. Estaba tan metido en mis pensamientos que no sentí cuando la puerta de mi despacho se abrió. Sólo fui conciente de que estaba acompañado, para cuando sentí que se sentaba a horcajadas sobre mi.

- Amor – dijo Tanya dándome un beso en los labios. Para luego comenzar a hacerme un puchero – ayer no me llamaste – dijo a manera de reproche.

- Tanya – dije incómodo, tratando de levantarla, pero ella se había aferrado a mi camisa – Tanya – volví a insistir. "Había llegado el momento de hacer las cosas bien". En ese momento pude imaginarme a mi mini Bella sentada junto al mini Em, en los primeros palcos, esperando a que actuara mientras comían pop corn. "Vamos Eddie" dijo el mini Em, levantando sus puños a manera de apoyo.

- Tanya tenemos que hablar – dije empujándola un poco para que me viera a la cara.

- ¿Sobre qué amor? – dijo comenzando a besar mi cuello.

- ¡Basta Tanya! – dije perdiendo la paciencia, para cuando la puerta de mi despacho se abrió de par en par, y por esta entro la mujer que venía quitándome el sueño, desde hace ya algún tiempo.

Sin pensarlo me levanté como pinchado por un resorte, dejando caer a Tanya al suelo. Ella comenzó a quejarse pero ni me limité a ayudarla, yo solo tenía ojos para Bella, quien se veía furiosa. Estaba seguro que había malentendido la escena. "Estúpido" pude escuchar que decía mi mini Bella.

- ¿No sabes tocar? – dijo Tanya furiosa, una vez recompuesta. Pero ninguno de los dos dijimos nada. seguíamos retándonos con la mirada.

"Vamos di algo" dijo mi mini Bella perdiendo la paciencia.

- Bella… - dije dudando.

"Algo más largo estúpido" dijo de nuevo mi mini Bella, mientras el mini Em hacía un puchero, al ver que Bella que había votado todo el pop corn al suelo de la desesperación.

- Cullen – dijo Bella ácidamente, acercándose a mi escritorio – Carlisle te envía estos documentos - dijo dejándome una pila de files sobre la mesa.

- ¿Y no se los pudo enviar con su secretaria? – dijo Tanya furiosa – ¿o acaso ya cambiaste de carrera querida?

- Pues eso no te importa… "querida" – dije Bella ácidamente – créeme, no es de mi agrado ver escenas tan… melosas… Me pudo dar un ataque de hiperglucemia – dijo llevándose una mano al pecho, de manera dramática mientras Tanya bufaba por lo bajo y se colocaba su bolso sobre el hombro.

- Edward – dijo Tanya arreglándose mejor la falda, mientras Bella rodaba los ojos – nos vemos en la noche amor… - dijo antes de pasar de largo a Bella. Y perderse por la puerta.

- Bella… - dije tratando de acercarme a ella, pero ella me corto.

- Estaba hablando con tu padre. Quiere que tengas preparados esas apelaciones lo antes posible – dijo comenzando a alejarse de mi.

- Bella – volví a llamarla para cuando la tome del brazo en la entrada de la puerta. Pude sentirla tensarse, mientras me miraba de forma airada – ¿podemos hablar?

- ¿Y qué se supone que estamos haciendo? – dijo soltándose de mi agarre.

"Bravo Cullen, definitivamente te llevas el premio al más tonto" dijo mi mini Bella aplaudiendo, mientras el mini Em me hacía porras con unos pequeños pompones rosados.

- Si, es decir. Pero en un lugar más privado – dije nervioso.

- Tengo planes, lo siento – dijo dándome la espalda para comenzar a salir de mi despacho.

- ¿Planes? – la volví a retener…

- Si planes Cullen… planes… - dijo airada.

- ¡Bella! – volteamos ambos al escuchar que la llamaban.

- ¿Vas a salir con él? – dije furioso, al reconocer la vos del chucho de su novio.

- Pues sí… ¿Algún problema? – dijo dejándome parado.

"¡Reacciona Eddie!" dijo el mini Em. Para cuando la vi dirigirse a donde estaba Jacob conversando con Jessica, la secretaria de Bella.

Les di el alcance para cuando los escuche nombrar algunos restaurantes, a los cuales querían ir a comer. Me detuve tomando aire tras de ellos y llamé su atención.

- Hey – dije para cuando ambos voltearon. Bella me miraba incrédula, mientras Jacob alzaba una, como no creyéndose el hecho de que me este dirigiendo a el – uhmmm… ¿van a ir ha almorzar? – pregunté incómodo.

-Si… - dijo Jacob dudando, al ver que Bella no contestaba.

-¿Puedo ir con ustedes? – pregunté para cuando Bella abrió la boca de la impresión y Jacob comenzó a mirarme como si estuviera drogado.

- Estamos yendo en pareja Cullen – dijo Bella después de un largo silencio – harías un mal tercio – dijo. "Ok, eso dolió" pensé, mientras el mini Em asentía.

- Pues ese no es problema – dije tratando de sonreír – Jessica – dije dirigiéndome a la muchacha que no se había perdido ninguna palabra de nuestra conversación - ¿Te gustaría acompañarme a almorzar?


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